viernes, 3 de diciembre de 2010

UNO DE MIS MAYORES TESOROS

Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar.
Los árboles marchitos.
Mi cuarto, solitario.
Y los retratos viejos
y el libro sin cortar...


Chorrea la tristeza por los muebles
y por el alma. Quizá
no tenga para mí Naturaleza
el pecho de cristal.


Y me duele la carne del corazón
y la carne del alma. Y al hablar,
se quedan mis palabras en el aire
como corchos sobre agua.


Sólo por tus ojos
sufro yo este mal,
tristezas de antaño
y las que vendrán.


Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar.
Vienen a visitarte de tanto en tanto
Ellos solos se anuncian
en un sueño liviano,
juntan las manos
Son los viejos amores que te recorren,
laberinto de flores
aunque no los nombres

Tienen forma de aire y dos aromas
de siempre conocidos
Nadie puede cambiar
la música de sus palabras
Son los viejos amores que se aparecen
sin querer, de repente,
aunque no los nombres

Esos que te rescatan de algún abismo,
los que dan la sonrisa,
llaman esta mañana domingo por la ventana
Son los viejos amores que están adentro,
siempre latiendo,
aunque no los nombres